miércoles, enero 12, 2022

2022: Todo va a ir a peor en ciberseguridad. Seguro.

Es indudable que el mundo ha cambiado mucho estos dos últimos años. La hiperconectividad centrifugada por el fenómeno COVID ha sido el acelerador que ha transformado nuestro mundo. Y éste no volverá a ser el mismo, por mucho que los viejos nostálgicos lo deseen. Hay momentos estelares en la historia en los que todo cambia para siempre, y este ha sido uno de ellos. Como lo fue la caída de Constantinopla (la capital del viejo reino de Bizancio) en 1453, el fin de la edad media, de los vestigios del Imperio romano de Oriente y del comercio con las Indias y China, provocando de forma indirecta el descubrimiento de América por la búsqueda de nuevas rutas comerciales. Ese episodio lo cambio todo. Exactamente como este momento histórico que estamos viviendo.


Estamos en una encrucijada de los tiempos, y por ello muy difícil realizar predicciones y tendencias. Es una de las características de estos instantes de la historia, la impredictibilidad de lo que va a suceder... Según todos los indicios, y el propio Bill Gates así lo vaticina, parece que en 2022 dejaremos atrás la pesadilla COVID. Pero no así sus consecuencias: la vida conectada, el teletrabajo, la empresa distribuida, la nueva logística, la relocalización de la producción, etc. Continuarán con nosotros varios años, según el fundador de Microsoft. ¿Será así? Veremos...

Por otro lado, dicha hiperconectividad, acelerada también por el despliegue masivo de 5G, conduce a un escenario nefasto para la ciberseguridad: Todo va a ir a peor. Los miles de nuevos dispositivos IoT no diseñados con criterios de seguridad, con sistemas operativos y arquitecturas poco seguras, ocasionarán no pocos problemas, como ya ha anticipado nuestro “Sonicwall Cyber threat report mid-2021”, en el que se refleja este fenómeno, un 59% de incremento de ataques IoT. Nuestro informe también recoge otra tendencia que se acelerará en 2022: Menos ataques, más virulentos, más dirigidos. Todos los indicadores (en España también, según datos de la Policía Nacional) indican un incremento sustancial del cibercrimen y de las estafas a las organizaciones. Y hay que prepararse para ello.

Otra tendencia al alza en los últimos años es el Ransomware. Creciendo a un 151%, año tras año, con impactos en organizaciones muy conocidas, con los deberes aparentemente hechos en ciberseguridad. Porque el factor humano, como sabemos, siempre es el eslabón más débil. También lo fue en Constantinopla, ese fatídico año de 1453: ante sus murallas, fracasaban uno tras otro los ataques otomanos, hasta que alguien se dejo una pequeña puerta de la muralla abierta, la ya mítica Kerkaporta. Y por ahí cayó la capital del imperio bizantino. Y cambió el mundo, como decíamos antes...

También es cierto que este año dispondremos de más presupuesto, la ciberseguridad está en la mente de todos, y es previsible que las organizaciones inviertan y desplieguen más infraestructura, mas recursos y personas dedicadas, aunque se toparán con un problema que venimos arrastrando ya desde hace tiempo: la falta de talento. Y ésta será una de las tendencias, la formación y reconversión de profesionales IT en expertos de ciberseguridad, para paliar esta carencia ya crónica en nuestro sector.

La Inteligencia Artificial (IA) será necesaria para la identificación de ataques de corte desconocido, cada vez más numerosos, y todas las ciberdefensas deberán contar con ella, así como de una muy buena capacidad de análisis en tiempo real, para la detección y respuesta inmediata a dichos ataques, ante los cuáles será vital también poder aislar y poner en cuarentena la partes afectadas de nuestra infraestructura.

Dado que nuestro entorno es cada vez más híbrido, y el perímetro no es que haya desaparecido, es que se ha desdibujado para dar paso a la aparición de múltiples perímetros, deberemos desplegar una ciberseguridad multiperimetral, potenciando la capacidad de ciberdefensa en nuestras aplicaciones en la nube (SaaS), en el acceso remoto inteligente (Zero Trust), en nuestros endpoint ubicados en entornos sumamente hostiles (en casa), en las redes inalámbricas (WIFI seguro, 5G), y, sobre todo, en nuestro compañero de siempre, el corazón de nuestra defensa, nuestro firewall de nueva generación. Resumiendo, una defensa por capas, para poder atajar cualquier ataque, venga de donde venga.

Stefan Zweig, escritor e historiador austriaco, autor del relato histórico “Momentos estelares de la humanidad – La conquista de Bizancio”, escribe: “…un pequeñísimo azar, Kerkaporta, la puerta olvidada, ha decidido la historia del mundo”. Esto sucede a menudo en cualquier ataque a las organizaciones, un pequeño detalle pasado por alto, acaba por desencadenar una catástrofe que pone contra las cuerdas a toda la organización. No olvidemos que la hiperexposición nos sitúa como a ese Bizancio de la primavera de 1453. Todos los presagios indicaban su caída final el día 29 de mayo. Las campanas de las Iglesias tocaron a rebato durante todo el día anterior, la multitud rezó por última vez en la catedra de Santa Sofía, y el silencio se apoderó de la ciudad, preparándose para el desastre... Y así sucedió. La ciudad cayó, y con ella, una época...

Todo indica que la situación va a ir a peor. Los presagios también indican esto. Las campanas también tocan a rebato. Pongámonos en marcha para que 2022 sea el año de la ciberseguridad, no el de otros titulares más desastrosos. Así sea.