jueves, diciembre 14, 2023

Todo va a peor... en 2023.

 La nueva IT distribuida, donde todo el mundo se conecta desde cualquier lugar y en cualquier momento, está creando una explosión de la superficie de exposición sin precedentes. Y todo va a peor, así lo piensan casi el 70% de los CISO.

Además, la nueva tendencia BYOD, puede exponer a las empresas a malware y a ciberdelincuentes si los dispositivos de los empleados no cumplen con las políticas de seguridad BYOD corporativas. No todos los endpoints pueden gozar del mismo grado de confianza, porque no todos son iguales… Durante este año, hemos ido viendo ataques muy dirigidos y focalizados en la obtención de réditos monetarios, con muchos secuestros de servidores, ordenadores corporativos, etc. El ransomware fue una auténtica plaga bíblica en 2022, y todavía continúa siendo la mayor preocupación del 91% de los CIOs encuestados en el último informe de ciberamenazas de SonicWall.

A todo esto, hay que sumar los últimos acontecimientos geopolíticos que conllevan nuevas ciberamenazas y, por tanto, nuevas tendencias en ciberseguridad. Hay que estar preparados para lo peor, ya que los planes tradicionales de seguridad ya no son suficientes.

En 2023, según datos recogidos por nuestro Informe sobre Ciberamenazas, los ciberdelincuentes están diversificando y ampliando sus técnicas y habilidades para atacar infraestructuras críticas, lo que hace que el panorama de amenazas sea aún más complejo, obligando a las organizaciones a reconsiderar sus necesidades de seguridad. A pesar de la disminución en los intentos globales de ransomware (-41%), una variedad de otros ataques ha tenido una tendencia al alza a nivel mundial, incluido el cryptojacking (+399%), el malware de IoT (+37%) y las amenazas encriptadas (+22%).

Estas amenazas encriptadas utilizan los canales cifrados de comunicaciones para alcanzar y comprometer el endpoint ante la pasividad de todos los elementos de protección que no pueden analizar ese tráfico por diferentes razones (normalmente la falta autorización de certificados digitales unido a la falta de capacidad de proceso de los firewalls). La ciberdefensa se está trasladando al endpoint, por lo que la defensa por capas, la visibilidad y control de la infraestructura, el uso de la IA y los antivirus de nueva generación serán más necesarios que nunca.

Además, en 2023 también estamos viendo un auge de la seguridad en la nube, un incremento de la seguridad IoT y un aumento de la ciberseguridad móvil como una de las principales tendencias. A todo esto, hay que sumar la importancia de la gestión de identidades y de accesos y las consecuentes medidas robustas de control de acceso a los datos.

Este panorama ha llevado a un aumento en el uso de arquitecturas de seguridad Zero-Trust, aumentando el perímetro de seguridad allá donde estén los trabajadores, independientemente de si un usuario está dentro o fuera del perímetro. Así, más que nunca es necesario redefinir quién puede acceder y a qué.

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Por ello, en 2023 desde SonicWall seguiremos desplegando tecnologías como el acceso remoto seguro, arquitecturas Zero- Trust, acceso remoto seguro para todo tipo de organizaciones, seguridad de los datos y aplicaciones en el Cloud, protección de la identidad (MFA, single sign-on, uso de tunnel all-mode y always on VPN, etc.), nuevos firewalls como puntos centrales de nuestras arquitecturas multiperimetrales, herramientas de visibilidad y control de nuestras infraestructuras, mejores puntos de acceso seguros y switches, etc.

Así, la construcción de una nueva ciberdefensa es básica y obligatoria, por capas, preparada para detectar todo tipo de ataques de corte conocido y desconocido, con visibilidad central para poder responder en tiempo real, y todo a un TCO asequible para una PYME. Y en todo este nuevo entorno, la puesta en marcha de antivirus de nueva generación, con capacidad de roll-back, como última línea de defensa, es fundamental. Hay que estar preparados para lo peor, no hay paraíso sin serpiente, dicen.

martes, julio 18, 2023

Resumen ejecutivo del Informe de ciberamenazas 2023 de Sonicwall

 Mientras que los cibercriminales tratan de aumentar los ataques de #ransomware con variantes más sigilosas y que generen ingresos más estables, el #cryptojacking ha ido en aumento: tal y como detallamos en el Informe de Ciberamenazas 2023 de SonicWall, en 2022 alcanzó una nueva cifra récord. En lo que va de año, no se aprecia ningún signo de ralentización y los cibercriminales siguen desarrollando las cepas existentes y diversificando los blancos de sus ataques. Algunas ideas de lo que está pasando:

  • Los cibercriminales cada vez se centran menos en los #endpoints y dirigen más ataques contra los servicios en la #nube, incluido uno contra clústeres de Kubernetes con el fin de minar Dero.
  • Los endpoints de MacOS también han estado en el punto de mira, y se han utilizado versiones crackeadas de FinalCutPro para distribuir malware de cryptojacking HonkBox.
  • Los servidores de Oracle Weblogic son el blanco de un nuevo crypter conocido como ScrubCrypt, diseñado para evadir las protecciones de Windows Defender.
  • SonicWall ha seguido observando cómo los cibercriminales se saltan el cryptojacking por completo y roban criptomonedas directamente: a finales de marzo, observamos una nueva variante de AsyncRAT diseñada para robar Bitcoin, Ethereum y Tether.
¿Todavía no ha leído el Informe de Ciberamenazas 2023 de SonicWall? ¡No espere más! Basado en datos de 1,1 millones de sensores globales en más de 215 países y territorios, este informe ofrece un profundo análisis del malware — qué sectores están sufriendo más ataques, qué áreas se están viendo más afectadas y qué impacto tienen estos ataques sobre empresas como la suya. Y no se pierda la actualización semestral de las amenazas el próximo 26 de julio.  Descarga: https://lnkd.in/duyWVEjr #ciberseguridad




Todo va a peor, ¿qué estamos haciendo mal?


Todo comenzó en marzo de 2020, cuando una pandemia nos encerró en casa. Millones de trabajadores comenzaron a conectarse desde casa, desde todo tipo de dispositivos…hubo que adaptarse a marchas forzadas. Y el trabajo remoto e híbrido se impuso como norma, y se generalizó. Ahora, el perímetro ha desaparecido y la superficie de exposición se ha disparado. La nueva IT distribuida está creando una explosión de la superficie de exposición sin precedentes.

Y todo va a peor, así lo piensan el 66% de los CISO. Esta nueva tendencia BYOD, puede exponer a las empresas a malware y piratas informáticos si los dispositivos de los empleados no cumplen con las políticas de seguridad BYOD corporativas. Hemos visto este año ataques muy dirigidos y focalizados en la obtención de réditos monetarios, con muchos secuestros de servidores, ordenadores corporativos, etc. El ransomware ha sido una auténtica plaga bíblica en 2022, siendo la mayor preocupación del 91% de los encuestados en el último estudio de SonicWall.

SecurityCenter de Sonicwall
Sonicwall: Consola de https://securitycenter.sonicwall.com


A todo esto, hay que sumar los últimos acontecimientos geopolíticos que conllevan nuevas ciberamenazas y, por tanto, nuevas tendencias en ciberseguridad. Hay que estar preparados para lo peor, ya que los planes tradicionales de seguridad ya no son suficientes.

En 2023 estamos viendo cómo los ciberataques continúan evolucionando y cómo las empresas están viviendo una explosión de las amenazas encriptadas, el mayor reto al que nos enfrentamos actualmente, aumentando un 132% en lo que va de año.

Estas amenazas encriptadas utilizan los canales cifrados de comunicaciones para alcanzar y comprometer el endpoint ante la pasividad de todos los elementos de protección que no pueden analizar ese tráfico por diferentes razones (normalmente la falta autorización de certificados digitales). La ciberdefensa se traslada al endpoint, por lo que la defensa por capas, la visibilidad y control de la infraestructura, el uso de la IA y los antivirus de nueva generación serán más necesarios que nunca.

Además, en 2023 también estamos viendo un auge de la seguridad en la nube, un incremento de la seguridad IoT y un aumento de la ciberseguridad móvil como una de las principales tendencias. A todo esto hay que sumar la importancia de la gestión de identidades y de accesos y las consecuentes medidas robustas de control de acceso a los datos.

Este panorama ha llevado a un aumento en el uso de arquitecturas de seguridad Zero-Trust, aumentando el perímetro de seguridad allá donde estén los trabajadores, independientemente de si un usuario está dentro o fuera del perímetro. Así, más que nunca es necesario redefinir quién puede acceder y a qué.

La ciberseguridad es clave, al dispararse exponencialmente la superficie de exposición. Nunca hemos estado tan expuestos. Los datos registrados a nivel mundial en recién lanzado Informe sobre Ciberamenazas 2023 de SonicWall, indican que una empresa promedio recibió 1.014 ataques de ransomware durante los 3 primeros trimestres de 2022, y el 91% de los CIOs y IT Managers de todo el mundo aseguran que su mayor preocupación actual son los ataques de motivación económica (ransomware en su mayoría).

Por ello, en 2023 desde SonicWall seguiremos desplegando tecnologías como el acceso remoto seguro, arquitecturas Zero-Trust, acceso remoto seguro para todo tipo de organizaciones, seguridad de los datos y aplicaciones en el Cloud, protección de la identidad (MFA, single sign on, uso de tunnel allmode y always on VPN, etc.), nuevos firewalls como puntos centrales de nuestras arquitecturas multiperimetrales, herramientas de visibilidad y control de nuestras infraestructuras, mejores puntos de acceso seguros y switches, etc.

Así, la construcción de una nueva ciberdefensa es básica y obligatoria, por capas, preparada para detectar todo tipo de ataques de corte conocido y desconocido, con visibilidad central para poder responder en tiempo real, y todo a un TCO asequible para una PYME. Y en todo este nuevo entorno, la puesta en marcha de antivirus de nueva generación, con capacidad de roll-back, como última línea de defensa, es fundamental.

domingo, febrero 12, 2023

El fin de la "Línea Maginot"​: Del Bastión al Aeropuerto


En la historia siempre ha habido disrupciones que cambian la historia, y que se manifiestan de forma súbita, aunque el cambio se viniera fraguando desde muy atrás. Tenemos ejemplos en la caída de Acre, en 1291, el último enclave en tierra santa de los reinos francos, con su mítica "torre maldita", que supone el fin de las cruzadas y del dominio cristiano en el Mediterráneo oriental. O en la conquista de Constantinopla en 1453 por el sultán Mehmed II, por la "Kerkaporta" o puerta del panadero, que alguien olvidó cerrar. Y esta conquista propició el inicio de la edad moderna y del descubrimiento de América, por el cierra de las rutas de comercio hacia el Este por este acontecimiento.

En nuestro cercano siglo XX, tenemos grandes ejemplos también, y uno es el que da nombre a este artículo, el de la línea Maginot. Como sabemos, la primera guerra mundial fue de estrategias poco móviles, de pocos avances, trincheras, etc. Al finalizar, Francia construyó en la frontera con Alemania una red de bunkers y fortificaciones para contener una posible agresión alemana. Pero en 1940, durante la segunda guerra mundial, el paradigma había cambiado, y la "Blitzkrieg" alemana, la guerra de rápidos movimientos, desbordó por el Norte, por los bosques de las Ardenas, esta línea de defensa obsoleta. Toda la inversión no sirvió de nada, porque todo estaba orientado hacia Alemania, para detener un ataque que jamás se produjo desde esa dirección.

El fin de la línea Maginot en 1940 por la "Blitzkrieg"

En #ciberseguridad, estamos librando una guerra continua y muy intensa contra el cibercrimen y muchas organizaciones de carácter criminal o militar. Hace unos años, el paradigma de defensa era el de "bastión", al estilo de la línea Maginot: Un firewall perimetral, una zona desmilitarizada, y una red interna, aislada del exterior. Los usuarios se encontraban seguros dentro del perímetro, y la defensa se construía con ese concepto "perimetral". Pero en los últimos años esto ha cambiado. La explosión de la superfície de exposición que se aceleró con la pandemia, ha propiciado la dilución de las fronteras de nuestras redes, gracias al teletrabajo, el IoT (múltiples dispositivos conectados), 5G, etc. Así, el paradigma ha cambiado, ya no hay torres ni murallas, sino que se parece más al de un aeropuerto, en el que las personas entran y salen por múltiples lugares, sin controles, y es difícil detectar aquellos maletines que son sospechosos de contenido peligroso o indeseado.

Además, hay determinados cambios tecnológicos que están empeorando la situación, ya de por sí complejísima. Uno de ellos es el impulso de la privacidad sobre la ciberseguridad. El tráfico viaja encriptado, en conexiones HTTPS, cifradas, y en muchas organizaciones no se habilita a los dispositivos (firewalls, appliances de ciberseguridad, etc.) para la inspección de este tráfico. Y al no poderse realizar "Man in the middle" (interceptar el tráfico, descifrarlo, inspeccionarlo, volverlo a cifrar y enviarlo a su destino), estas conexiones se convierten en tuberías directas que pasan a través de nuestras defensas, de forma impune. Otro cambio es la implantación de los DNS cifrados (dos alternativas, DNS sobre HTTPS o DNS sobreTLS), que imposibilita el bloqueo del acceso a determinados lugares maliciosos, desde dónde se descarga el software malicioso como virus, ransomware, etc. O el creciente uso de protocolos de comunicaciones en los que los firewalls no prestan mucha atención por su simplicidad. Hablo de UDP, que en sí, no constituye un peligro, pero si se estructura (p.e. con QUIC de Google), puede ser una nueva tubería de entrada en nuestra organización para el cibercrimen.


Plano de una fortificación de la línea Maginot

Así, estamos asistiendo a un nuevo cambio de paradigma, en la ciberseguridad, en el que hemos pasado, al igual que en la segunda guerra mundial, a una guerra de movimientos, de rapidez, donde las fortificaciones han pasado a mejor vida. ¿Y cuál es la estrategia, entonces ante esta nueva situación? Pues lo que siempre ha dictado la estrategia militar: Cuándo desconocemos por dónde recibiremos el ataque y con qué intensidad, hay que establecer una defensa por capas, en profundidad. Desde el firewall hasta el endpoint, pasando por el email, las aplicaciones en la nube, los puntos de acceso WIFI, los switches, etc. A esto, hay que añadir visibilidad y control, para poder identificar rápidamente los ataques, incluso los más sigilosos (en nuestro caso usando IA -Inteligencia Artificial-). Y a la detección, debe seguir una respuesta contundente, aislando aquellas partes de la infraestructura que hayan sido comprometidas, para poder valorar daños y recuperar la normalidad cuanto antes. Y finalmente, toda esta defensa debe tener un TCO que pueda pagar cualquier organización, independientemente de su tamaño y tipología.

En #Sonicwall somos muy conscientes de esta situación, y ya hace tiempo que dimos los pasos para ayudar a nuestros clientes, junto con nuesto extenso y selecto canal de distribución, a desplegar estrategias de este tipo. Estamos comprometidos con nuestra comunidad de clientes y partners en estos tiempos tan convulsos, de cambio de paradigma, y posiblemente, de la historia, como ha sucedido ya tantas veces en el devenir de la humanidad, tal cómo veíamos al principio de este artículo. Abramos pues los ojos, porque vienen tiempos movidos.